martes, 9 de agosto de 2016



SUDOR SANGRE Y LÁGRIMAS



En mi conciencia aun puedo oírlos
son los sonidos de mi pasado
que me traen de antaño
este dolor, en el que ahora yazgo
pero pronto acabaran y con ellos la hora llegara!
Y en ese momento… un placer,
dormir será.

Eh sido despojado de todo,
de mi alma inmortal, mi moral y mi fe en la humanidad.
Incluso del sabor amargo, que el combate me había dejado.
Mis ojos, perdidos en el horizonte,
solo esperan ver la figura redentora.
La que a mi mente venia en el pasado
cuando lograba percibir el aroma de su cuerpo en el aire.
Y cuando a veces me lo traía el viento...
O cuando a veces simplemente la mañana...
O cuando a veces simplemente se forjaba en nuestra cama.

Aquí me hallo ahora y para siempre
todo lo que fue ya no siempre es lo que será.
Pues en una pila de cadáveres…
En este momento…
Me pongo a contar, en estos versos.
Que a nadie más eh podido extrañar,
a nadie más que a mí mismo,
pues aunque soy aquí el único ser vivo,
mi alma ya no está conmigo…

Cuanto trabajo nos ah de costar!
Pensamos al marchar…
Deberemos cavar, explorar y el terreno preparar
“El esfuerzo es recompensado!”  Nos dijeron
y como ganado nos condujeron
al maldito pozo matadero
cavamos nuestras tumbas y las de nuestros enemigos,
pues ser vencidos no pudimos.
Pero el hambre y la carroña, la codicia y la traición.
Siempre juegan mejores papeles que un peón.

Y por la división de un tesoro y una tierra,
amigos y hermanos, primos y cuñados
comandantes y soldados, todos se volvieron paganos.
Y entre ellos por la espalda se apuñalaron y traicionaron.
Por menos que diez monedas y una comida.
Hubieran matado a sus hermanos.
Pero es lo que hace la guerra al hombre.
Es esta condición extrema que nos transforma y nos hace decidir.

Y fue así que pensando en mi familia ver
en mi esposa y mi hijo crecer.
La masacre del valle efectué!
Y sin arrepentimientos hasta ahora porque…
La idea de que con la victoria ver regresar,
a estos cerdos que escondidos estaban
No podía soportar!
Y entonces… en la noche más oscura!
Al resplandor del selénico acero.
Hermanos en armas y comandantes perecieron.
Uno a uno, puñal tras puñal.
Su carne se abría, pero era mi alma la que roja se tenia…

El día llego…
Con el sol nos vimos a la cara.
Y así yo alrededor,
solo quedaba el silencio.
El olor a lo largo de la noche atrajo algunas bestias.
Al verme a mí mismo me di cuenta que ya no podría regresar.
Que ya no era ese padre que por su casa iba a pelear.
Intentando al poblado salvar,
en el máximo rey de lo peor me había logrado transformar!

Uno por uno, ninguno fue dejado atrás.
Todos, de alguna manera de aquí en más, servirán.
La pila de cadáveres mi trono será.
La sangre y la carne mi dominio asimilara.
Y así es como doblegare y las bestias obedecerán.

Así pues, mientras cae la noche…
Perdido me encuentro en mí mismo,
oyendo los pocos recuerdos que aún conservo…
Sintiendo a las criaturas de la noche aproximarse…
Viendo sin mirar lo que se aproxima…
Pero más que nada hoy! , ahora!
Me encuentro envuelto…
En sudor, sangre y lágrimas.